Este es otro plato único con menos de 500 calorías, esta vez ni con pescado, ni con carne de ninguna clase, sino con huevos, verduras, setas, jamón y gambitas o langostinos.
Si lo hacéis con todos los ingredientes congelados, menos los huevos claro está, tardaréis poquísimo.
La receta es para 4 personas:
■ 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra = 360 calorías
■ 100 g de jamón «serrano” de taco envasado al vacío = 222 cal
■ 200 g de habas superbaby también congeladas = 44 cal
■ 1oo g de guisantes congelados finos = 74 cal
■ 300 g de espárragos trigueros congelados = 81 cal
■ 400 g de ajetes congelados = 104 cal
■ 400 g de un surtido de setas congeladas = 96 cal
■ 300 g de alcachofas troceadas, también congeladas= 120 cal
■ 400 g de gambas o langostinos pelados y congelados, ver más adelante = 216 cal
■ 6 huevos gordos de 62-72 g = 554 cal
Total de calorías del plato= 1871 que dividido entre 4 = 468 calorías por ración
1. Sacar la noche anterior, a la nevera, el envase de los langostinos o gambas. En este caso yo he usado los langostinos que aparecen en el enlace que, de momento, son muy buenos.
Colocarlo siempre encima de un plato por si durante la descongelación algo de agua se escapara al exterior y os manchara el frigorífico.
Esta marca, como indica el fabricante, solo suelta un 10% de su peso en agua, como manda la legislación vigente… ¡y que casi nadie cumple!
2. Cuando vayamos a preparar el plato descongelar todas las verduras y setas en el microondas, siempre fuera de su envase, aunque en él se diga lo contrario.
Como tenemos una gran cantidad volcar primero en una gran sopera las habas y los guisantes congelados, mezclarlos bien con los guantes de goma y encima colocar los espárragos que hay que trocear después.
Descongelarlos a 300 o 350 vatios de potencia hasta conseguirlo.
Se pueden tardar unos 10 minutos.
Como por desgracia sueltan una gran cantidad de agua, volcarlos ahora en un gran escurridor.
En la misma sopera, que no necesita ni aclararse, descongelar el resto de las verduras, es decir los ajetes, las setas y las alcachofas mezclándolos bien como anteriormente.
Colocar encima los espárragos que, luego, vamos a cortar.
Como también es mucha cantidad programar al principio 10 minutos, y si al cabo del tiempo programado no está todo descongelado, proseguir la descongelación siempre a 300 o 350 vatios.
Podremos tardar aproximadamente lo mismo que anteriormente.
Sacar los espárragos ya descongelados y volcar el resto dentro del escurridor anterior, encima de las otras verduras.
Apretarlos un poco con las manos, cortarlos dejándolos del tamaño de los ajetes y echarlos también en el escurridor.
3. Cortar el jamón en daditos pequeños.
4. Lavar los langostinos debajo del grifo puesto que siempre llevan conservantes, y secarlos después bien con papel absorbente de cocina.
5. Calentar el aceite en la olla superrápida y cuando empiece a dilatarse, es el momento en el que empiezan los primeros vapores, se ve perfectamente cómo se forman irisaciones, añadir el jamón y sofreírlo removiéndolo en un instante con una cuchara de madera.
6. A continuación volcar todas las verduras ya escurridas y remover con la cuchara de madera.
El fuego en este momento estará al máximo.
Salpimentar.
7. A medida que se van rehogando, aunque hay poco aceite, irán soltando parte de la humedad residual que todavía les queda.
8. Bajar entonces el fuego al mínimo o a la mitad dependiendo de cada placa, tapar la olla con su tapa de cristal y remover de vez en cuando para que nada se pegue, hasta comprobar que todas las verduras están tiernas pero no deshechas.
En nuestro país muchos se han acostumbrado a tomarlas desde siempre demasiado blandas, cuando para que no pierdan propiedades deben tomarse al dente.
9. Mientras tanto en la misma sopera, aclarada y seca, batir los 6 huevos y salpimentarlos.
10. Cuando todas las verduras ya estén en su punto, apagar el fuego y añadir los langostinos, que ya están cocidos pero que al removerlos con el resto de las verduras les transmitirán su sabor.
11. Y ahora es cuando vamos a utilizar la clásica sartén, o n0 ¿?, escogiendo una que sea grande para poder seguir removiendo y, a ser posible que sea de bordes altos para no salpicar la cocina, algo que hasta ahora no habíamos hecho durante todo el rehogado de las verduras.
Consejos de cocina y nutrición
■ Cuidado con las placas de inducción que calientan demasiado deprisa.
Al echar las verduras descongeladas posiblemente tendréis que poner el máximo, y luego, dependiendo de cada placa, bajar más o menos la intensidad.
Las verduras tienen que cocinarse poco a poco, bien tapaditas, para que “suden” y se vayan haciendo en su propio jugo.
Ya veis que no se añade ningún líquido en ningún momento.
■ Si las habas y los guisantes no son muy finos, tendrán alguna caloría más, y puede que tengáis que ablandarlos ellos solos al principio.
Yo he cocinado todas las verduras juntas.
■ Las verduras congeladas son de una marca muy conocida aunque deberían soltar menos agua. ¡Pero no encuentro otras!
Y ricas después, sí que lo están.
■ No usar champiñones, porque sueltan mucha agua, sino el surtido de setas indicado.
■ Como las gambas congeladas suelen venir en paquetes “invisibles”, es decir en los que no se ve si llevan o no muchas capas de hielo superpuestas, yo las compro siempre al vacío en las que veo ya su tamaño.
A veces desaparecen del mercado, no se sabe bien por qué.
En este caso he usado langostinos ya pelados.
Si os parecen demasiado gordos, aunque no lo son demasiado, cortarlos en 2 o 3 trocitos.
■ El jamón a tacos, del que ya hablamos, se puede tener también congelado si, por vuestra logística, compráis varios trozos cuando encontráis los que os gustan.
Se pueden congelar tal cual, en su envase al vacío, y si os sobra un trozo, envolverlo en film y después introducirlo en una bolsa de congelación, si es de cremallera mejor.
■ Como la única sartén que tengo, y para lo único que la uso es para cuajar tortillas de patata o paisanas, y para esta cantidad era pequeña, he hecho un experimento, y ¡¡eureka, me ha salido!!
Después de echar los langostinos he volcado inmediatamente los huevos, ¡en la olla!, y no he dejado de remover con la cuchara de madera, con el fuego ya apagado, hasta que los huevos revueltos se han cuajado con el calor residual del fondo difusor y de las paredes tan fantásticas de la olla.
Y en cuanto lo han estado he sacado el conjunto, para que no se resecara, rebañando muy bien con la espátula de silicona, en este caso una vez más imprescindible, y lo he servido.
Encontráis varias juntas muy baratas en los grandes bazares.
En el fondo de la olla ha quedado un pelín de huevo pegado, y para que no se secara en la olla hasta el momento de lavarla, le he echado un poquito de agua, con cubrir el fondo ya es suficiente.
No me ha costado nada después fregarla con el lavavajillas que uso y el estropajo verde.
Y si la fregáis inmediatamente después, es decir aún caliente, todavía os costará menos.
Mañana viernes, y solamente durante estas semanas que quedan antes de la Semana Santa, habrá también video-receta los viernes y los martes, mañana el 8, Codillos salmuerizados al estilo alemán con puré de patata y falsa «choucroute», para terminar antes con las correcciones y actualizaciones de los mismos.