Dieta mediterránea, en qué consiste
Se habla continuamente sobre los beneficios de la auténtica «dieta mediterránea» que, en noviembre de 2010, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en una denominación conjunta de España, Portugal, Francia, Grecia, Italia, Malta y Marruecos.
Previamente, en 2007, el Gobierno español propuso la candidatura de esta dieta mediterránea para su inclusión en dicho patrimonio, pero fue rechazada en la conferencia internacional que la Unesco, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, realizó en Nairobi.
Sin embargo en 2013 la Unesco ya acordó que esta dieta mediterránea se inscribiera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en Chipre, Croacia y Portugal, tres años después de aprobar este requisito para España, Grecia, Italia y Marruecos.
Las zonas que engloban este tipo de alimentación son las áreas de cultivo del olivo, Grecia, Oriente próximo, la península ibérica, Italia y los países balcánicos, todos rodeados por el gran mar Mediterráneo.
Pero de la verdadera dieta mediterránea que es la que consumían, por lo menos en nuestro país, los muchos que ahora se están muriendo con 90 o más de 100 años ya no queda nada.
En esa época hasta el estilo de vida era saludable. No había estrés, ni polución, ni tantos coches, ni televisión, ni mandos a distancia…, y muchos comían lo que se podía, pero bien cultivado. Aquello era en general más que suficiente, desde luego nada que ver con los menús que ofrecen en la actualidad muchos restaurantes como el «menú más bestia», «comer hasta reventar«… y que tristemente frecuenta demasiada gente.
En la actualidad, con las plataformas dedicadas al «delivery», es decir «al reparto» o «entrega» como Glovo, Deliveroo…, podemos comer lo que nos apetezca a golpe de teléfono, sin movernos de casa. Glovo, por ejemplo, trabaja desde las 8 de la mañana hasta las 12 de la noche y los 365 días del año.
Las características principales de esta alimentación son, un alto consumo de productos vegetales, frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales, siendo el trigo el alimento base, el aceite de oliva como grasa principal y el consumo regular de vino en cantidades moderadas.
El decálogo de la Dieta Mediterránea sería, a diario:
1. Utilizar el aceite de oliva como principal grasa.
2. Consumir en abundancia alimentos frescos de origen vegetal y de calidad.
Sigue siendo fundamental consumir 5 raciones de fruta y verdura a diario, las famosas «5 al día» de las que 3 deben ser verduras u hortalizas, que muchos ni las huelen porque no les gustan, y 2 de fruta que tienen en general más calorías.
Estas hortalizas y frutas deben ser de todos los colores como también os expliqué.
3. El pan y los alimentos procedentes de cereales como pasta, arroz y especialmente sus productos integrales que nos aportan más fibra.
4. Consumir diariamente productos lácteos, principalmente yogur y quesos «de verdad», que no son todos los que nos proporcionan.
5. La carne roja se debe consumir con moderación y, preferiblemente, carnes magras formando parte de guisos a base de verduras y cereales.
6. Consumir pescado en abundancia, 4 o 5 veces a la semana, siendo pescado azul como mínimo 1 o 2 veces a la semana y huevos que hoy sabemos que se pueden consumir a diario.
7. La fruta fresca debe ser el postre habitual y una buena alternativa a media mañana y como merienda.
Los dulces y pasteles deberían consumirse ocasionalmente, cada vez menos.
8. El agua es la bebida por excelencia en el Mediterráneo y el vino, si gusta, debe tomarse con moderación y durante las comidas.
9.Realizar actividad física todos los días.
La pirámide nutricional que más se parece hoy a esta dieta mediterránea sería MyPlate, creada en 2011 y de la que ya os hablé en este post.
Para mantener una buena salud a lo largo de los años, hay que cumplir fundamentalmente:
1. Todo lo que os acabo de explicar, que es lo que se ha comido desde siempre, sin irse a buscar los llamados «superalimentos» y toda una serie de «cosas raras» que no nos hacen ninguna falta pero que la publicidad nos quiere meter por los ojos.
2. Tomar cantidades también normales, sin atiborrarse para no sentir la necesidad de irse directa y rápidamente al catre.
3. Siguen estando vigentes las 3 comidas al día, «desayunar como un rey», «comer como un príncipe» y «cenar como un mendigo»
4. Tener además un estilo de vida saludable, es decir no tener una vida sedentaria, la considerada ya epidemia del siglo XXI, algo de lo que la mayoría no quiere ni oír hablar
Una alimentación saludable sin ejercicio no servirá para nada, y mucho ejercicio sin una buena alimentación tampoco.
¿Sabéis lo que ha dicho esta misma semana, el 3 de septiembre, en un periódico médico español María Neira, directora de Salud Pública y Determinantes Ambientales y Sociales de la Salud en la OMS, organismo de la Organización de las Naciones Unidas cuya sede está en Ginebra?
María es española, médico y especialista en endocrinología y nutrición, a la que tuve el gusto de conocer personalmente ya que entre septiembre de 2002 y agosto de 2005, fue Presidenta de la Agencia Española de Seguridad Alimenticia y viceministra de Salud y Asuntos del Consumidor en España.
“Hay que decidir si queremos seguir usando la alimentación para destruir nuestra salud o no. Tenemos que volver a adoptar pautas de alimentación que no nos hagan daño a nosotros mismos.
¿Quién se atreve a defender esto que se debería repetir por todas partes y a gritos?