Las espinacas tienen muy pocas calorías, tan solo 14 por cada 100 g ya limpias, y mucha fibra, las que más entre todas las verduras y hortalizas, y ésta produce sensación de saciedad cuando se consumen.
Son por tanto un gran comodín cuando se quiere perder peso.
Tienen sobre todo muchos carotenos, abundante ácido fólico, como todas las verduras de hoja, bastante vitamina C y sobre todo son ricas en antioxidantes que contrarrestan los radicales libres que nos envejecen.
Ahora se ha llegado a la conclusión de que los beneficios de los antioxidantes se obtienen de la dieta, no de los suplementos, por ello hay que tomar verduras diferentes todos los días.
¡¡ Y hay tantos que casi no las prueban!!
Las espinacas que siempre se han recomendado porque se creía que contenían mucho hierro, y de ahí la leyenda de Popeye y su ficticia fuerza, no tienen tanto ya que al calcularlo, se equivocaron en una coma, y solo tienen 4 miligramos por cada 100 g y no 40 como se creyó.
Las lentejas tampoco tienen demasiado, 7 miligramos, mientras que el hígado tiene 80 miligramos y la sangre 52.
Además, el hierro de las espinacas no se absorbe bien porque tienen mucho ácido oxálico, también abundante en las remolachas y las acelgas, y éste hace insoluble al hierro.
Así que, a partir de ahora, habrá que desmitificarlas en este aspecto.
Este ácido oxálico puede formar en el intestino complejos insolubles con minerales, no solo con el hierro sino también con el calcio, impidiendo también su asimilación.
Hay personas que tienen predisposición a formar cálculos en el riñón de «oxalato de calcio», motivo por el que han de restringir el consumo de espinacas de su dieta, sin eliminarlas del todo.
También son verduras ricas en purinas, como los espárragos, las setas y champiñones, los puerros, la coliflor, los rábanos… por lo que no se debe abusar de ellas.
Cómo degustarlas:
1. Si se trata de hojas frescas y tiernas, las podemos tomar crudas, en ensalada, aderezadas simplemente con una sabrosa vinagreta, o añadiendo unas nueces, unos taquitos de queso de cabra, unos tomatitos cherry… lo que se os ocurra.
Así provecharemos completamente toda su vitamina C.
2. Si vais a tomarlas crudas y son hojas frescas pero de 4ªgama, aunque vienen ya lavadas y secadas, os aconsejo que las volváis a lavar en agua abundante porque en algunos paquetes han encontrado Escherichia Coli.
Además, en algunos puntos de venta están en la mismísima calle, para que los transeúntes sepan que las tienen, cuando deben conservarse siempre en frío.
Como después de lavadas guardan mucha agua, puesto que son hojas sueltas, secarlas muy bien con papel absorbente de cocina o centrifugarlas para que luego no agüen el aliño.
3. Si no tenéis una gran cantidad de hojas crudas, podéis directamente freírlas con un poquito de aceite, aprovechando la olla superrápida esta vez tapada con su tapa de cristal, removiendo de vez en cuando con una cuchara o espátula de madera porque se hacen rápidamente, y preparar a continuación revueltos con huevos, o tortillas.
Conviene también en este caso secarlas previamente para que no chisporroteen en el aceite.
Ahora les podéis añadir lo que tengáis a mano, unas gambitas, unos taquitos de jamón serrano…
4. Si ya están cocidas y muy escurridas, como os expliqué podéis rehogarlas tanto en la olla si las habéis cocido allí, simplemente aclarada con agua y seca, como en el microondas, siempre tapadas, con un poquito de aceite y ajos laminados previamente fritos, taquitos de jamón, pasas y piñones…
Como los piñones tienen un precio prohibitivo y ya no se encuentran con la misma facilidad que antes, sustituirlos por pipas de girasol peladas y al natural, mejor que fritas, aunque sea en aceite de girasol.
Si os van a durar, guardarlas en el congelador, como siempre envasadas en una bolsa de congelación, para que no se enrancien ya que en su interior contienen gran cantidad de aceite de girasol, el más puro.
5. También podéis mezclarlas con bechamel, que os recuerdo se puede hacer con más facilidad en el microondas que en el fuego, si no tenéis el Thermomix y serían espinacas a la crema.
6. O hacer mousses o suflés de espinacas que son algo más entretenidos.