El sedentarismo es, junto a la obesidad, la epidemia del siglo XXI y personajes tan ilustres como Luis Rojas Marcos así lo han afirmado.
Sin embargo la operación «bikini» en los medios de comunicación ya ha empezado con todo su fulgor y, por todas partes están ya ofreciendo curas milagrosas que por supuesto no lo son, la mayoría de las veces obviando el ejercicio diario al que una gran mayoría de españoles son “alérgicos”.
Podríamos hablar, como he hecho en mi próximo ebook, del gran negocio de engordar y adelgazar.
Para dejar atrás la vida sedentaria y hacer algo de ejercicio, o tan solo moverse un poco más, problema número uno de los países occidentales, junto con una buena alimentación, se necesita estar muy concienciado, tener una gran fuerza de voluntad, ser realista y saber si se es capaz de cambiar.
A partir de aquí organizando tanto las jornadas de trabajo como las de ocio, se encontrará el momento adecuado para hacerlo.
El “no tengo tiempo” no sirve, ya que todos tenemos el mismo tiempo y cada uno se lo reparte de distinta manera dependiendo de sus prioridades.
Los que están bien organizados estiran el tiempo como chicle y pueden hacer muchas cosas.
Toda la comunidad científica está de acuerdo en que para mantener una buena salud, aunque no haga falta perder peso, es importantísimo hacer ejercicio que nos crea endorfinas, nos relaja, nos ayuda a liberar el estrés de todo el día, a dormir mejor y refuerza nuestra musculatura y nuestros huesos.
Comer sano sin ejercicio es bueno pero se queda “cojo”, y comer malamente por mucho ejercicio que se haga tampoco lo es.
Es más, hace muy pocos días ya se ha dicho que a la hora de adelgazar el ejercicio es más importante que la alimentación, aunque yo sigo pensando que es mitad y mitad.
Fijaros que, en la actualidad, ya se ha demostrado en los laboratorios que la salud física, por término medio, va unida a la salud mental.
Ya disponemos, y cada día más, de una gran variedad de “parámetros” para medir la capacidad cognitiva o la memoria y hasta programas especiales de ordenador para estimular la salud mental, en definitiva la inteligencia.
El célebre psiquiatra español Luis Rojas Marcos (1943), encargado de la salud mental de los neoyorquinos en la época del 11 de septiembre afirma que «quien cuida su cuerpo tendrá una mayor calidad de vida» e incluso añade «aquellos que han realizado ejercicio de forma periódica, experimentarán el proceso de la muerte de un modo más breve».
¡Y a pesar de lo ocupado que está ha corrido la Maratón de Nueva York en varias ocasiones!
Valentín Fuster (1943), Director médico del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinaí de Nueva York, donde reside habitualmente, es también director del CNIC, el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III de Madrid, y como una de las entradas a Central Park está situada justo delante de su despacho, también se ejercita en dicho parque.
El periodista José María Carrascal, corresponsal en muchos países del mundo, que vive a caballo entre Madrid y Nueva York, 6 meses en cada ciudad, y que nació en 1930, anda una media de 10 kilómetros diarios.
Así se le puede ver con la agilidad física y mental que tiene.
El tan célebre hoy Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura en el año 2010, acaba de cumplir 80 años, está espléndido y ha confesado públicamente que esté donde esté, camina una hora diaria.
Antonio Garrigues Walker, (Madrid 1934), cuando cumplió 80 años en el año 2015 dijo lo siguiente: “He cumplido 80 años pero no tengo 80 años”.
Concienciaros de esto: “No pesan los años, pesan los kilos y la inactividad”.
Cada día aparecen más estudios sobre las ventajas enormes del ejercicio.
El ejercicio físico es, sin ninguna duda, bueno para nuestro organismo en general y para todos nuestros órganos, incluido el cerebro ya que el sedentarismo no solo puede disminuir nuestra capacidad cognitiva al aumentar el riesgo de arteriosclerosis cerebral y, por tanto, de demencia, sino que tampoco es bueno para nuestro volumen cerebral, al revés encoge nuestro cerebro que se vuelve más pequeño.
Nicole Spartano, directora de una investigación publicada en la revista Neurology, afirma que la falta de ejercicio físico acelera el deterioro cerebral a partir de los 50 años y se produce un envejecimiento acelerado.
El cerebro de las personas de la tercera edad o de edad avanzada que físicamente están activas, es decir que hacen ejercicio moderado o intenso, se mantiene 10 años más joven y con más agilidad mental, es decir envejece menos rápido que el de aquellas que hacen poco ejercicio o son sedentarias.
La actividad física incrementa el flujo de la sangre hacia el cerebro ayudando a mejorar la conexión de las neuronas entre sí, generándose una mejor agilidad mental y del proceso de la información.
Así lo sugiere un nuevo estudio publicado hace unos días, el 27 de marzo de 2016, dado a conocer en el servicio médico informativo MedlinePlus de la Biblioteca Nacional Médica de Estados Unidos.
La investigación liderada por el Dr. Clinton Wright, neurólogo de la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami (Florida), encontró que los ancianos que hacen un ejercicio rutinario con una intensidad de moderada a intensa (correr, ejercicios aeróbicos, gimnasia…) retienen más sus habilidades mentales a medida que envejecen, es decir tienen más agilidad mental en comparación con los que hacen un ejercicio ligero, como caminar sin acelerar las palpitaciones del corazón, o son sedentarios.
De acuerdo con los resultados del estudio, los adultos mayores menos activos que participaron en el estudio mostraron, en promedio, un extra de 10 años de “envejecimiento del cerebro” en contraste con los que hacen ejercicio regularmente, es decir los más activos físicamente que estarían «comprando» una década extra de buen funcionamiento del cerebro.
“Los resultados prueban que el ejercicio en sí retarda el envejecimiento del cerebro”.
Estudios anteriores ya habían señalado que el ejercicio también podía ayudar a controlar los “factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares”, tales como la presión arterial alta, los niveles altos del colesterol malo y la diabetes… y estos «accidentes cerebrovasculares aumentan la probabilidad de padecer demencia”, dice el Dr. Wright.
Así que si queréis añadir calidad de vida a la vuestra, y no solo años, en vuestras manos está el hacerlo, y cuanto más pronto empecéis mejor.
Una frase que me gusta especialmente, y que refleja la importancia de “movernos” en todos los aspectos, tanto físicos como psíquicos, es de la madre Teresa de Calcuta:
“Cuando no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar camina, y cuando por los años no puedas caminar, ayúdate con un bastón pero no dejes de caminar, no te detengas nunca».