¿Se puede engordar 1 kilo en 1 solo día?
¿Qué es imposible?
Pues como es muy cómodo y práctico tener un peso en el cuarto de baño, y estas básculas son buenas y baratas, pesaros el día de la celebración y al día siguiente…, con la misma ropa o sin nada, aproximadamente a la misma hora, y lo comprobaréis con vuestros propios ojos.
No quiero amargaros la vida, pero en una comida o cena un poco especiales, incluso en una gran merienda, se puede engordar no solo 1 kilo, de un día para otro, sino alguno más.
Podríamos hablar de una boda, una comunión, un cumpleaños, una romería o una barbacoa de verano con amigos…, hasta en un simple cóctel rico, variado, de calidad y bien surtido con «cosas» saladas y dulces.
Y no digamos ya nada de las comidas o cenas pantagruélicas de navidad, incluso en las de “empresa”, en las que, según las estadísticas que existen, se habla de que en muy pocos de esos días se pueden ingerir las calorías correspondientes a todas las de una semana.
Pero no paaaaasa nada, mientras se tomen inmediatamente medidas.
De lo contrario, si a este kilo ganado, y digo “kilo” por ser benévola ya que puede ser algo más, le sumáis otro a los pocos días sin haber perdido el anterior, ya serán 2 o 3, que no se van a ir así porque sí.
Los que tienen algunos kilos de más… no los han “pescado” de un día para otro, sino paulatinamente, poco a poco, sin prisa pero sin pausa.
Ya sabéis que los españoles, en gran medida, celebramos todo comiendo, ¡hasta para ver un partido de fútbol en la tele!
¿Qué hacer entonces que sea realmente efectivo?
Hay varias medidas que podéis adoptar:
1. El mismo día en que vayáis a tener la celebración, sea al mediodía, por la tarde o por la noche, no hacer lo que siempre se ha aconsejado y que, en mi opinión, no sirve para nada, que es tomarse un par de vasos de agua con anterioridad, o tomar zanahorias crudas o encurtidos… que, se supone, son para llenar la tripa.
¿Cómo se va uno a tomar unas zanahorias, unos tomatitos o unos encurtidos… antes de degustar todas las viandas que nos esperan?
Vamos a pensar todos con un poco de sentido común.
A los que nos gusta comer y disfrutamos con ello, si lo que nos ofrecen está rico y bien elaborado, lo comeremos aunque no tengamos nada de apetito, simplemente por el placer de comer, de ver y oler a nuestro alrededor.
2. Si se trata de una comida, y no tomáis nada para desayunar, o casi nada, para dejaros sitio y compensar las calorías venideras, estaréis hambrientos, casi desvanecidos y comeréis mucho más.
No hay que saltarse nunca una comida, salvo después de una gran comilona en la que no tendréis ni ganas de olerla por estar empachados.
Tomaros 1 desayuno completo pero algo más pequeño, con más proteínas que de costumbre, que son las que sacian más y engordan menos, como jamón «serrano» magro, no hace falta que sea de pata negra, o queso, o alguna lata de pescado… sin aceite, y una fruta masticada mejor que bebida, porque sacia más, y ese día ningún dulce ni cereal, por muy integral que sea.
Si acaso un trocito pequeño de pan multicereal o de semillas, pero nunca de molde, y por un día sin aceite.
3. Si os espera una cena, o un cóctel magnífico, es preferible que a la hora de comer, hagáis lo mismo que en el desayuno, acompañando las proteínas de grandes cantidades de verduras, comiendo algo menos de lo habitual, sirviéndoos una cantidad más pequeña en un plato más chico y esparciendo bien todos los alimentos para que el plato parezca igual de lleno pero no lo esté.
Escoged un plato que os quite el hambre pero no tenga muchas calorías, y suprimid el vinito si estáis acostumbrados a tomarlo en todas las comidas, y hasta el postre, a no ser que sea una fruta muy ligera.
Podría ser alguno de los 9 platos únicos con menos de 500 calorías que ya os he puesto en el blog, sirviéndoos algo menos de una ración.
Y si no queréis ese día ni cocinar, que sería lo ideal, haceros un gran plato de verduras con gracia, y algo de pollo o pescado en el microondas.
Tenéis muchísimas recetas en mi ebook del microondas.
Si no hacéis esta especie de “trampa”, y en la comida o en la cena especiales os tomáis, por ejemplo, 3 veces más de las calorías que os corresponden, éstas en algún sitio se tienen que “colocar” y notar, y en el 90% de los casos, salvo en los muy jóvenes, se irán al estómago o a la tripa.
Lo que no os aconsejo nunca, y es lo que normalmente se suele hacer, es tomarse un gran plato de lechuga y un minúsculo filete de pescado o de pollo a la plancha.
La lechuga, si está en cantidad, es muy flatulenta, os saciará de momento, pero a la hora o las 2 horas tendréis ganas de comer.
Además, si hacéis esto a menudo, se os terminará poniendo “cara de lechuga”… y de aburrimiento.
4. Y comer ese día mucho más despacio… masticando muchísimo, hasta que os hartéis de hacerlo y aunque no estéis acostumbrados, tardando el doble de lo normal.
El centro del apetito que está en el cerebro, al comer despacio, se enterará antes de que estáis comiendo, no engullendo, y se os quitarán también antes las ganas de comer más.
¡Y disfrutaréis el doble!
5. O quemar, al día siguiente, este exceso de calorías pues ya sabéis que para adelgazar hay que quemar algo más de lo que se come.
¿Por qué un gran número de “muchimillonarios” o están realmente gorditos o tienen una hermosa tripa?
Y eso que ellos van a sesiones de sauna, o la tienen directamente en sus mansiones, les dan masajes de todas las clases y “colores”, tratamientos o masajes de chocolate, baños de vino o vinoterapia… y todo lo más sofisticado que os podáis imaginar.
Pues porque todos estos ejercicios pasivos no son suficientes, y tiene que ser el hombre el que físicamente ejercite sus músculos y moldee su cuerpo.
Y el que os prometa lo contrario… simplemente os estará engañando.
Claro que todos estos tratamientos alternativos ayudan, pero si fueran suficientes no habría gordos ricos… y los hay y muy numerosos.
¿Qué conclusión sacar entonces?
No os privéis pues esos días, pero sin atiborrarse, y disfrutando no solo de las viandas sino de la compañía.
Y el resto de los días poneros manos a la obra e intentar quemar cada día un poquito de lo que habéis acumulado.
Tomar solo verduras, o solo frutas, o solo sopa… para perder algún kilo de más, como a veces recomiendan, es una barbaridad porque nuestro organismo necesita todos los días proteínas que son los «ladrillos» de nuestro cuerpo.
Y por mucho que haya en casa dulces o chucherías, hasta que no recuperéis vuestro peso inicial, no los probéis.
Si no los tenéis nunca en casa, salvo en contadas ocasiones, mejor que mejor.
Los picoteos suelen ser nefastos porque, aunque sean saludables, el organismo se acostumbra a ellos.
Recordar siempre que los kilos de más, cuando son muchos, no son un problema estético sino una grave enfermedad, la epidemia del siglo XXI.