Las gomas de las ollas superrápidas, lo mismo que ellas mismas, no son iguales ni en calidad, ni en eficiencia, ni en aspecto, ni en resultados, ni en duración.
Y en algunas de las mejores marcas, si se sacan de su “ranura” en la tapa, parece que son mucho más largas de lo necesario, pero aunque parezca en la mano que va a sobrar mucho… luego no sobra nada, ¡os lo garantizo!
Como estas buenas ollas proceden del extranjero, todos sus recambios y accesorios tienen un precio respetable, y la manera de evitar que sus gomas se estropeen a menudo, es saber cuidarlas.
¡Pueden y deben durar años, os digan lo que os digan, porque ya sé de memoria lo que algunos van diciendo!
Los cuidados a tener en cuenta tampoco son excesivos, así que os cuento.
1. Si la olla es nueva y os cuesta cerrarla, cosa lógica y natural a veces al principio, no la forcéis, porque solo es necesario un poco de maña, hasta que os acostumbréis, y nada de fuerza.
En ocasiones se hace tanta fuerza queriendo girar la tapa a toda costa que, sin querer, se le puede coger “un pellizco” a la goma y rasgarla.
Esto no suele suceder casi nunca, pero por si acaso ya estáis avisados.
Si veis que las “muescas” de la tapa coinciden perfectamente con las de la olla, veis que la tapa se ha quedado bien encajada pero no gira para poder cerrarse, levantarla, retirar la goma y volver a colocarla de nuevo en la tapa, aunque parezca que sobra.
Debe quedar perfectamente encajada en todo el borde de la tapa, debajo de unos «botoncitos» que suele haber debajo de las asas, si tiene 2.
2. Si se repite el problema anterior, destaparla de nuevo, y sin quitar ahora la goma de su sitio puesto que estáis convencidos de que está bien colocada, pasarle con el dedo y una chispa de aceite por toda la goma como para lubricarla, ¡una gota… no un chorro de aceite!
Ya veréis como ahora al cerrarla la tapa se desliza con toda suavidad.
Esto solo os puede suceder con ollas nuevas o con gomas nuevas, nunca más.
3. Si por cualquier motivo tenéis que sacar esta goma, por ejemplo para fregarla, no la retiréis nunca en caliente.
Si no se puede esperar a que se enfríe pasar por el revés de toda la tapa, es decir por el lado de la goma, agua fría para que se enfríe rápidamente.
Con esta sencilla precaución podéis alargar su “vida útil” durante muchos años.
4. Secarla bien sin estirarla y volverla a colocar.
5. Me habéis preguntado que si se había hecho algo al vapor y estaba la tapa completamente limpia, si había que limpiarla.
Pues en este caso, ni hay que fregarla, ni mucho menos quitarle la goma.
Se seca, porque tiene bastante agua de condensación, con una spontex muy limpia, escurrida aunque mojada, o con papel de cocina, y es más que suficiente.
6. Después de vaciar el contenido de la olla conviene rebañarlas siempre bien, estén poco o muy sucias, con una espátula blanda de silicona, y si no las vais a fregar a continuación añadirles algo de agua para que no se resequen y cueste menos limpiarlas a la hora de hacerlo.
7. Si queréis que os queden como recién estrenadas fregarlas con agua caliente, lavavajillas normal y estropajo fuerte por todo su interior, también el fondo exterior, pero suavemente por todas las paredes exteriores para no arañarlas.
Si las aclaráis también con agua caliente y las “secáis” a continuación con una spontex mojada pero muy escurrida, y después con un buen paño de algodón os quedarán preciosas y brillantes.
Sin embargo si las dejáis escurrir, cuando se sequen al aire se quedarán marcados todos los goterones de agua … y no quedarán tan bonitas.
¡A gusto del consumidor!