Platos derivados del cocido madrileño
El famoso cocido madrileño consta de muchos ingredientes, y no es rentable ni siquiera factible elaborarlo para 1 o 2 personas porque las cantidades a añadir de cada ingrediente serían pequeñas y su sopa o caldo, al final, no sabría a nada.
Como además es un plato algo laborioso y que se debe hacer por partes, ya que sus diferentes ingredientes necesitan tiempos de cocción también distintos, es mucho más útil, productivo y hasta barato, elaborar varias raciones de una sola vez, aunque los comensales futuros sean pocos.
Como tenéis la receta completa en mi libro «Utiliza tu olla superrápida» tanto en su versión digital, ebook, como en la de papel, no os la vuelvo a poner aquí.
De todos los ingredientes del cocido, todos congelan estupendamente menos la patata que, cuando os haga falta, se puede cocer rápidamente en el microondas.
Por ello es muy útil y productivo hacer de una vez varias raciones.
Y, si sabéis conservar correctamente como tantas veces os he explicado, no hace falta congelarlos, ya que pueden durar más de una semana en perfecto estado en la nevera, salvo también la patata que se vuelve «zapatera».
Los que coloquen todo lo que ha sobrado en un plato o fuente, simplemente tapado con lámina de plástico transparente, que no es impermeable, aunque lo parezca, tendrán que tirarlo al día siguiente ya que estará prácticamente incomible.
La forma más clásica de servir el cocido madrileño es separando sus ingredientes, ya cocidos, en 2 servicios claramente separados que se llaman vuelcos, aunque antiguamente y todavía en algunos restaurantes lo podéis encontrar en 3 vuelcos, incluso más.
Pero vamos a simplificarlo en solo 2 vuelcos.
1. El primero consta del caldo resultante de la cocción de todos los ingredientes al que se le suelen añadir, al final, unos fideos más o menos gordos, hasta llegar a los de cabello que son los que más se usan.
2. Al segundo le corresponden los garbanzos junto con las verduras, patatas y las diferentes carnes y embutidos.
Como es un plato contundente, típico del invierno y con muchas calorías, también está explicado en ambos libros cómo “aligerarlo” sin restarle sabor.
Hoy nos vamos a referir a platos derivados del cocido madrileño que, algunos haréis o conoceréis y otros no.
♦ Si simplemente sobra un poco de todo del segundo vuelco, trocearlo y sofreír el conjunto con ajitos fileteados y dorados previamente. Esto es lo que se ha llamado siempre “ropa vieja”.
♦ Si también sobra de todo del segundo vuelco, se puede hacer un arroz al horno típico valenciano.
♦ De lo que seguramente no sobrará nada será de sopa, porque hoy para conseguir un caldo sustancioso hace falta añadir muchas carnes y huesos ya que éstos tienen cada vez más grasa y menos sabor.
♦ Pero si por casualidad os sobra un poquito de caldo, aguarlo y aprovecharlo para hacer una simple sopa de ajo o una sopa castellana en lugar de utilizar agua sola. Así les proporcionaréis más sabor.
Ahora bien, si al elaborar esta receta añadís, con toda intención, más cantidad de alguno de los ingredientes que lleva, podéis multiplicar vuestro tiempo, y con casi el mismo gasto de energía, preparar platos derivados del cocido madrileño:
♦ Si añadís a propósito más garbanzos, por ejemplo separados o cocidos en una bolsa especial para ello, o esta otra, para poder sacarla luego con facilidad, tenéis la posibilidad de hacer otro día
– Una ensalada de garbanzos, como la de judías blancas
– O unos garbanzos al ajillo, solo sofritos con ajos, algo que muchos ya harán.
– O en forma de pasta o hummus.
– O unos garbanzos guisados con chistorra.
– O guisados con chorizo, almendras y pasas.
Tenéis todas estas recetas en mi ebook citado anteriormente o en el lote de los 4 dedicados a la olla, ya me es imposible acordarme.
Como los garbanzos y el resto del cocido menos las patatas, congelan estupendamente siempre que el recipiente sea hermético y que la temperatura del congelador sea la adecuada, los cocéis el día del cocido y podéis disfrutarlos días o semanas después.
♦ Si añadís más puerros, zanahorias y repollo de la cantidad normal utilizada, la sopa no lo acusará y el día que os interese podéis hacer con estos 3 ingredientes juntos y alguna patata que cocéis en ese momento en el microondas
– Una crema de verduras,
– O una vichyssoise si solo usáis puerros y patata,
– O una crema solo de zanahorias que podéis espesar también con patata recién cocida.
♦ Si solo os sobra repollo, porque habéis hecho una mayor cantidad a propósito, podéis hacer en un momento el plato de patatas con repollo que se ve en este YouTube, aunque es bastante flojito porque lo hizo Canal Cocina al principio de su creación.
Como el repollo ya está cocido, cocinar en el microondas patatas cortaditas con un poquito de aceite y, cuando estén blandas, agregar el repollo, remover bien y meter 3 o 4 minutos en el microondas para unificar sabores.
♦ Si os sobra pollo, o habéis añadido a propósito más pollo, podéis hacer las ya consabidas croquetas de pollo, o conchas con bechamel, algo que muchos quizás no hayan probado nunca y que suelen gustar mucho a los niños.
Haced esta bechamel en el microondas, donde Las croquetas, sin embargo, no salen bien porque al tener que sofreír una mayor cantidad de harina, no se sofríe bien.
♦ Con el resto del morcillo también se suelen elaborar croquetas, aunque salen muy secas porque dicha carne, al estar ya tan cocida, está muy reseca y fibrosa.
Pero hay dos preparaciones muy ricas que se pueden hacer si tenéis bastante morcillo ya cocido.
– Trocearlo y mezclarlo con una salsa de tomate de calidad, que le dará la jugosidad que necesita.
Solo se necesita que el conjunto dé un simple hervor.
– Servirlo frío pero troceado con una salsa barbacoa casera que os costará menos de 5 minutos elaborarla.
Como tengo una receta fantástica de salsa barbacoa, os la pongo.
■ 1 cucharadita de pimentón de La Vera
■ un poquito de pimentón picante de La Vera si os gusta el picante
■ 20 g de azúcar moreno
■ 70 g de Ketchup, el mejor
■ 20 g de salsa inglesa = salsa Perrins = salsa Worcerstershire
■ 20 g de mostaza de Dijon, también la mejor
■ sal y pimienta blanca recién molida
■ 30 g de vinagre de vino, de manzana o de sidra
■ 80 g de aceite de oliva virgen extra = 8 cucharadas
1. Volcar todos los ingredientes en el vaso de la minipímer, menos el aceite, y mezclar bien a la potencia máxima.
2. Agregar ahora el aceite y volver a mezclar.
3. Si no estáis acostumbrados a usar azúcar moreno, podéis usar el normal en menor proporción, la mitad por ejemplo ya que endulza algo más.
4. Probar la salsa y darle vuestro toque personal añadiendo más ketchup, o más picante, o más azúcar…
5. Podéis doblar o triplicar esta receta si os hace falta una gran cantidad, ya que se conserva muy bien en la nevera.