El bróculi, brécoli o brécol apareció en España en los años 70, es decir relativamente hace poco tiempo, por lo que los jóvenes actuales puede que no lo hayan tomado nunca en casa de sus padres ya que éstos ni lo conocían ni lo consumían.
Pertenece a la familia de las crucíferas como las coles en todas sus versiones, col lombarda, col blanca, col verde, coliflor, coles de Bruselas, romanesku…
El brócoli es sin duda uno de los vegetales más nutritivos y por sus magníficas propiedades debería estar presente en nuestra mesa por lo menos 1 vez a la semana ya que se le considera como un «superfood o super alimento» por sus propiedades no solo nutritivas sino antioxidantes.
Tiene un 90% de agua, 0,35 % de grasa, casi un 3% de proteína, 5,2% de hidratos de carbono, 3% de fibra, solo 29 kilocalorías, y es rico en antioxidantes como vitaminas del complejo B como la B9 o ácido fólico, vitaminas A, C, K, E, y en minerales como potasio, calcio, magnesio, magnesio, fósforo… y en menor cantidad en cobre, hierro y zinc, todos los cuales son esenciales para una dieta saludable.
También contiene un alto contenido en compuestos azufrados, los flavonoides e isotiocianatos, que protegen al organismo de los daños celulares causados por los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro, de enfermedades cardiovasculares degenerativas y de tumores.
Ayudan pues a mantener el buen estado de nuestro organismo en general.
Estos compuestos azufrados son los responsables del olor característico que desprende durante su cocción, como el resto de la misma familia, y ya vimos por qué se produce y cómo evitarlo.
Estos compuestos, principalmente el sulforafano, son los responsables del efecto protector que tiene el brócoli frente a distintos tipos de cáncer, como el de pulmón, mama, próstata, útero, estómago, colon o hígado.
Las moléculas azufradas también tienen efecto antibacteriano, antiviral y antifúngico.
El sulforafano es también muy eficaz frente al Helicobacter pylori, la bacteria causante de la mayoría de los casos de úlcera gástrica y de algunos tipos de cáncer gástrico.
Según una investigación publicada en el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, el consumo de brócoli reduce los efectos de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC que obstruye el paso del aire a los pulmones.
Un grupo de científicos británicos de la Universidad de East Anglia en Norfolk, al este de Inglaterra, ha descubierto que un compuesto del brócoli (que también se obtiene en las coles de bruselas o repollos) bloqueaba una enzima destructiva considerada clave en los daños que se producen en el cartílago.
De ahí dedujeron que comer brócoli en abundancia ayuda a frenar el desarrollo e incluso podría prevenir la artrosis.
«Pedimos a los pacientes que se coman 100 gramos de brócoli todos los días durante 2 semanas», explicó la responsable de la investigación, Rose Davidson.
Recordemos que la artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones, que produce el desgaste del cartílago, que afecta principalmente a personas mayores pero, si hay un factor genético, puede aparecer a edades mucho más tempranas, a los 40 años o incluso antes.
Tarde o temprano todos nos veremos afectados por ella.
Bróculi para bebés
Cuando los bebés empiezan a tomar purés caseros de verduras, alrededor de los 6 meses, se les puede añadir, después de haber incorporado las verduras más frecuentes poco a poco, unos ramitos de brécol o de coliflor, en la olla superrápida.
Se desharán porque son muy tiernos, pero no importará puesto que todas se van a triturar después.
Muchos se obstinan en repetir que estas verduras son muy flatulentas, cuando las variedades actuales no lo son en absoluto, y por ello se pueden tomar crudas en ensalada, sobre todo las coles cortadas en tiritas.
Cómo comprar el bróculi
La mejor manera de adquirirlo es cuando cada inflorescencia viene muy bien envuelta en film transparente muy bien pegado.
Debe estar de un bonito color verde, sin ninguna mancha parda ni amarillenta, y su aspecto a simple vista da la sensación de fresco, de estar recién recolectado… aunque lleve algunas horas.
Cómo conservar el bróculi
De esta forma, tal cual está, se conserva en la nevera durante varios días, aunque al ser una verdura, es decir una hortaliza de color verde, conviene cocinarla lo antes posible, y luego si hace falta congelarla.
Cómo cocer el bróculi
Las 2 maneras mejores de hacerlo es en el microondas, dónde al no pasar de 100º y no añadir absolutamente nada, conserva su bonito color verde y todas sus propiedades, ¡¡siempre que no se cueza en exceso!! o al vapor en una olla superrápida y con tan solo 10 cucharadas de agua debajo.
Si se sigue cociendo por el método tradicional, es decir cubriéndolo de agua salada hirviendo, perdemos la mayoría de sus vitaminas y todos los minerales hidrosolubles.
En el caso del microondas, que me parece el método más sencillo, rápido y limpio,
– lavarlo bien debajo del grifo, aunque suele venir muy limpio,
– cortar el tronco gordo desechándolo,
– separarlo en ramitos pequeños,
– escurrirlos bien
– y colocarlos en un recipiente redondo de gran superficie, con la parte del rabito, la más dura, en la parte exterior de dicho recipiente y el ramito hacia el centro.
– Colocarlos unos al lado de los otros, pero sin apilar.
– Si el recipiente es amplio os puede caber ½ kilo.
– No añadir nada en absoluto.
– Tapar el recipiente y
– programar, para esta cantidad, 7 minutos a una potencia de 750 vatios.
– Al cabo de ese tiempo, pinchar con una aguja fina el tallo y comprobar si está tierno.
– Si no lo está, y dependerá de la variedad de bróculi y de lo fresco que esté, añadir 2 o 3 minutos más.
– Si lo cocéis en exceso, además de perder propiedades, puede aparecer arrugado y de color más o menos pardo, habiendo perdido su bonito color verde.
– Sacarlo e inmediatamente guardarlo en un tupper que quede completamente lleno.
– Taparlo inmediatamente después, y cuando esté a temperatura ambiente, si se quiere, congelarlo.
Cómo cocinar el bróculi
Si queréis consumir los ramitos de bróculi ya así, simplemente hervidos, se pueden añadir tal cual, como guarnición, a cualquier plato de carne o de pescado.
También se pueden preparar de varias maneras.
♦ Secar el recipiente en el que se ha cocido, que está completamente limpio, añadir un poquito de aceite de oliva virgen, dependiendo de la cantidad que se tenga, unos ajitos picados y sofreírlos 1 minuto a la misma potencia máxima anterior.
Añadir los ramitos ya cocidos, remover, cocinar un par de minutos más y servir.
♦ En lugar de ajitos se pueden freír de la misma manera unas almendras fileteadas, también en el microondas, hasta que se doren, pero teniendo cuidado de que no se quemen.
Removerlas muy a menudo a medida que va oliendo a almendra para que no se tuesten en exceso.
♦ O aderezarlos con aceite de oliva virgen extra crudo y un poquito de zumo de limón mejor que de vinagre.
Como conserva su sabor íntegro no necesita sal, algo muy saludable pues con la dieta actual de los españoles se consume el doble de sal de lo aconsejado.
♦ También es un alimento ideal para preparar cremas, sopas, ensaladas y hasta encurtidos.