Aunque me he resistido “panza arriba” para no explicaros nada sobre dicho plato o fuente, pues es una exclusiva de una marca determinada de microondas, sois tantos los que me lo habéis pedido que no he tenido más remedio que sucumbir.
Que quede claro que os voy a explicar lo que yo encuentro que sale con calidad en dicho plato, y para lo que a mí me compensa, y que la empresa os puede contar todo lo que ella quiera.
Eso pasó con los primeros microondas que aparecieron en nuestro país allá por los años 80 y con los que nos quisieron “vender la moto” hablando de pollo asado, paella y tortilla de patata, cuando un microondas normalito, solo con estas ondas electromagnéticas, no hace con calidad ninguna de estas 3 cosas.
Por eso muchos de los que probaron entonces, o prueban actualmente lo que recomiendan los fabricantes quedan tan desilusionados con los resultados que obtienen…, que no los vuelven a usar nunca más, tan solo para calentar (¡es el calienta leches más caro del mercado!) o para descongelar, la mayoría de las veces mal, porque al hacerlo incorrectamente los bordes del alimento se quedan no solo descongelados, sino calientes o cocidos.
En el caso del plato crisp, yo os aconsejo si es que queréis adquirir un microondas con esta función, que escojáis siempre el que usa el plato grande, de unos 30 centímetros de diámetro.
Donde cabe lo mucho cabe lo poco, y el microondas, os cuenten lo que os cuenten, no es para grandes cantidades, así mejor que sobre a que falte.
Además, por fuera, no ocupan demasiado espacio.
Este plato o fuente crisp parece ser de un material antiadherente de calidad, y desde luego llevo años usándolo mucho y está perfecto.
Programando la función crisp en el microondas, actúa como una especie de parrilla o sartén que dora o fríe ciertos alimentos, no todos como pretenden, y como los microondas que utilizan esta función y este plato tienen también en su parte superior una parrilla o grill, los alimentos se doran por abajo y por arriba.
Y la “gracia” estriba en que lo hacen con tan solo 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra que, además, prácticamente no se gasta y cuando se termina este “frito” el plato sigue totalmente manchado de aceite, como si no se hubiera gastado ninguno.
Las patatas, por ejemplo, no han absorbido como las fritas de verdad aceite puesto que casi no había, la cocina no se engrasa ni huele a frito, se hacen prácticamente solas y, lo mejor de todo… ¡¡son mucho menos calóricas!!
Os cito algunas de las “cosas” que yo hago y con las que mi vida en la cocina se ha simplificado.
Otros pueden elaborar muchas más preparaciones puesto que el nivel de exigencia de cada uno no es siempre el mismo.
1. Yo no precaliento nunca el plato crisp vacío, aunque a veces el fabricante lo recomiende.
No me hace ninguna falta para elaborar lo que yo hago y como dicen que alcanza 210º de temperatura, ésta es demasiado alta para conservar las buenas propiedades del aceite de oliva virgen extra, el más estable de todos que, a partir de los 190º empieza a polimerizarse.
2. En mi opinión “fríe” estupendamente las clásicas patatas fritas con tan solo 1 cucharada de aceite, pero prolongando el tiempo que indica el fabricante.
3. Fríe también con muy buenos resultados las patatas y la cebolla para la tortilla de patata, también con «truco».
4. Los pimientos de Padrón.
5. Huevos a la plancha como deben estar, la clara cuajada y la yema blandita.
6. Y muchos bizcochos caseros, elaborados siempre con aceite de oliva para que sean muy saludables y nunca con mantequilla.
Para que este plato crisp os dure mucho, en perfecto estado y sin arañarse:
1. No introducir en él ninguna herramienta metálica, ni tenedor, cuchara, espátula, cuchillo… nada.
2. No lavarlo en el lavavajillas.
Si lo hacéis … se os irá estropeando.
3. En muchas ocasiones no necesita lavarse.
Basta con limpiarlo con papel absorbente de cocina para que se quede relimpio, listo para volver a usar.
4. En el caso de elaborar bizcochos, o huevos, sí que se mancha un poquito.
Fregarlo suavemente con una esponja y detergente líquido, aclararlo y secarlo.
Los papis y mamis preocupados en alimentar saludablemente a sus hijos podrán hornear muy a menudo fantásticos bizcochos caseros en tan solo 8 o 10 minutos, sin precalentar el aparato y sin que les dé pereza, y olvidarse para siempre de la odiosa bollería industrial llena de grasas vegetales.
¡Y encima ahorrando dinero!
Quizás entonces os interese adquirir 1 de los moldes especiales de bizcochos fabricados con el mismo material que el plato crisp, por lo que se pueden llamar “moldes crisp».
Pero de los 2 que sé que existen, personalmente solo me gusta este otro porque al tener más altura, los bizcochos «suben» más, o salen más altos.
El otro, que se llama específicamente “molde de tarta”, es tan solo un pelín más alto que el plato crisp que acompaña al aparato aunque en la foto no lo parezca, y como lo he probado creo que no compensa en absoluto.
Pero tampoco el primero es imprescindible, ya que en el sencillo plato crisp, bajito, los bizcochos salen más esparramados pero ricos.
Cada uno que decida si adquirirlo o no.
Para no alargarme, seguiremos otro día pues queda por explicaros los trucos para que todo esto os salga bien.