¿Los medicamentos efervescentes pueden subir la tensión arterial?
Algunos medicamentos incluyen, en su fórmula, cierta cantidad de sodio para aumentar su absorción en el organismo.
Aunque aún no existe consenso sobre sus consecuencias, un estudio británico con más de 1 millón de pacientes ha demostrado que tomar las versiones ricas en sodio de ciertos fármacos aumenta un 16% el riesgo de sufrir un ataque al corazón, un infarto, un infarto cerebral, o la muerte por accidente cardiovascular frente a quienes usaban los fármacos sin este mineral añadido.
Se incrementaba, a su vez 7 veces la probabilidad de desarrollar hipertensión.
Para descartar la influencia de factores que pudieran interferir en los resultados, se tuvieron en cuenta el índice de masa corporal o IMC, el consumo de tabaco o alcohol, el historial de enfermedades crónicas y el uso de otros medicamentos.
En el estudio se utilizaron los datos de 1.292.337 pacientes británicos mayores de edad que fueron controlados durante varios años, entre enero de 1997 y diciembre de 2010.
De ellos, 61.072 sufrieron algún tipo de accidente cardiovascular durante este periodo, tras haber seguido el tratamiento una media de 4 años.
Y entre ellos, el número de muertes aumentó en un 28% debido al mayor riesgo de hipertensión y otros problemas cerebrovasculares.
En este trabajo publicado en la revista British Medical Journal, un grupo de expertos de las universidades de Dundee y Londres en el Reino Unido han confirmado que el consumo de las dosis diarias máximas de ciertos medicamentos, como el paracetamol, la aspirina efervescente y el ibuprofeno soluble, hace que los pacientes superen los niveles de sodio recomendados.
Los investigadores compararon el riesgo de sufrir alguna enfermedad o accidente cardiovascular en individuos que tomaban medicamentos efervescentes, solubles o dispersables con alto contenido en sodio y en aquellos que consumían las mismas medicinas sin él añadido.
Os aclaro que los comprimidos dispersables son pastillas sin recubrimiento o película protectora que pueden dispersarse en un líquido antes de administrarse y que dan lugar a una dispersión homogénea, es decir los que se solubilizan en agua y se toman después.
El contenido en sodio de las medicinas debería estar indicado en la etiqueta, pero curiosamente la industria farmacéutica no está sometida a ninguna restricción u obligación sobre este etiquetado.
La industria alimentaria sin embargo está obligada a informar sobre el contenido de sodio de los alimentos, aunque en muchos de ellos tampoco lo está.
Aunque los autores admiten que aún no existe consenso, afirman que sus hallazgos “son muy relevantes para la salud pública”.
Los expertos alertan de que “los consumidores deberían estar avisados sobre los riesgos potenciales de una ingesta excesiva de sodio a través de las medicinas” y las formulaciones con una alta concentración de esta sustancia “deben ser recetadas con precaución y solo cuando los beneficios superen a los riesgos”.
De todas maneras, si tenéis la tensión alta, estáis tomando alguno de los infinitos medicamentos que hay para bajarla, y os recetan algún medicamento efervescente, comentárselo al médico que puede no acordarse o ignorarlo.
El calcio, que muchas mujeres toman como suplemento a partir de la menopausia, puede tener sodio, como el efervescente, mientras que otras preparaciones, que pueden llevar incluso más cantidad de calcio, como el Natecal, no llevar ninguno.
Hay otros muchos medicamentos que, sin ser efervescentes, pueden contener sodio.
Cuando os receten algún medicamento nuevo, preguntarle a vuestro farmacéutico que está suficientemente preparado para asesoraros.
Mención aparte merecen el bicarbonato sódico y las sales de fruta que hace años se tomaban «a puñados», sin prescripción facultativa, y para combatir los ardores de estómago cuando, en la actualidad, los especialistas en digestivo los desaconsejan por completo.
Como álcalis que son neutralizan el ácido clorhídrico del estómago que, en cierta cantidad es totalmente necesario, pero luego producen un efecto rebote por lo que hoy están totalmente proscritos.
10 g de bicarbonato sódico tiene 2,73 gramos de sodio, y algunas sales de fruta todavía más, 5, 67 gramos, es decir más de la ración diaria que recomienda la Organización Mundial de la Salud, OMS, que es de 5 gramos, y en España, por el abuso de embutidos, salazones, platos procesados o preparados… duplicamos esta cantidad.
La levadura química en polvo, concretamente la Royal, tiene por cada sobre bicarbonato sódico y difosfato disódico 1,94 g de sodio, es decir 4 g de sal.
¡Menos mal que para un bizcocho no se necesita más que 1 sobre y que, del bizcocho, salen muchas raciones!
La levadura en polvo de la marca blanca de un supermercado, posiblemente haga subir más la tensión arterial ya que tiene más componentes con sodio, no solo el bicarbonato sódico y el fosfato disódico, sino también carbonato sódico, aunque no quieran informar al consumidor de su cantidad total. ¡Por algo será!
El exceso de sal en la dieta es un problema común en todas las sociedades occidentales, y su reducción es un objetivo establecido en las guías de prevención cardiovascular.
Sin embargo las patatas fritas chips, las biscottes y todos los aperitivos salados que existen en el mercado…, y son muchísimos, tienen una cantidad considerable de sal, bastante más de la necesaria, pero satisfacen nuestras papilas gustativas, crean una especie de «adicción», y después de tomarse una bolsa de cualquiera de estas «chucherías» se siente la necesidad de tomarse otra y otra, que es además lo que pretende la industria alimentaria.
Las personas que ya saben que tienen las cifras de tensión arterial altas y que toman fármacos para bajarla, deben tener siempre mucha precaución cuando les receten formulaciones que contienen sodio y ser alertados por su farmacéutico.
Y las personas que no la tienen pero que toman asiduamente preparados que lo contienen deben vigilarse de cerca por la posibilidad de aparición de hipertensión en cualquier momento.