Lo primerísimo que debo hacer, ante la imposibilidad de escribiros 1 a 1, es daros las gracias a tod@s los que, desde aquí en varios posts diferentes, o por correos privados, me habéis deseado lo mejor para este Nuevo Año 2015.
Os deseo yo también lo mejor y que sigamos juntos.
¡Somos ya una gran familia que va creciendo poco a poco!
A este título “Quieres perder los kilos de navidad, no hagas ninguna dieta”, yo le añadiría otra parte muy importante: “revisa tu alimentación habitual”.
Para perder peso, poco o mucho, y cómo hacerlo de una manera realmente efectiva, ya hay múltiples posts publicados que encontraréis con toda facilidad en mi Buscador Personalizado de Google, dentro de mi blog, arriba del todo a la derecha, tecleando de una en una varias palabras como kilos, alimentación, adelgazar, ejercicio…, así que no me voy a repetir.
No voy a hablaros de ninguna “dieta”, porque los que me seguís ya sabéis que ni siquiera soporto la “palabreja”, y no la uso nunca aunque se sigue utilizando a todas horas: “Estoy a dieta”, “tengo una dieta”, “la dieta que sigo”, “la dieta que me han recetado”, “me voy a poner a dieta”….
Los medios de comunicación llevan todo el mes dándonos la tabarra sobre el tema y anunciándonos más métodos y productos que no sirven para nada, ya que el único que va a adelgazar es el bolsillo.
Según el DRAE, Diccionario de la Real Academia Española, la palabra viene del latín diaeta, y ésta del griego, y aunque en definitiva quiere decir “régimen de vida”, en realidad tiene connotaciones restrictivas.
Y en una “dieta típica” no solamente se restringe la cantidad de alimentos, sino muchos de ellos, que tienen que desaparecer por completo, no solo al principio sino para siempre.
Todas ellas son aburridas y monótonas, solo “funcionan” al principio, luego se estancan porque, nuestro organismo que es muy «sabio» y está programado para las épocas de hambre, es decir de menos aporte calórico, en el momento que nota esa disminución, se defiende disminuyendo su metabolismo, es decir «quemando menos».
Por ello se acaban abandonando, y al volver a comer como antes de engordar se suelen coger los kilos que se perdieron y unos cuantos más de propina.
Otra cosa es una dieta o un régimen especial de comidas que se “receta” para combatir ciertas enfermedades, como la diabetes, el hígado graso, problemas de vesícula, de páncreas, ciertas alergias a alimentos… aunque estos últimos casos representan modificaciones de la manera de alimentarse más que una dieta en sí misma.
Si las «dietas recomendadas» no van acompañadas siempre de ejercicio, la pérdida será más lenta puesto que en realidad solo se pierde al principio agua y masa muscular, que no se debe perder nunca, pero no grasa que es de lo que se trata.
Por ello yo os recomendaba guisos con menos de 500 calorías, que ya no son «la verdurita y el pollo o el pescado hervidos o a la plancha» que es lo que siempre se receta.
En sucesivos posts iremos analizando si lo que estáis haciendo para perder esos primeros kilos que se han instalado en vosotros, y normalmente empiezan por colocarse en la zona abdominal formando los clásicos «michelines», es correcto o no.
Lo que sí está claro es que este depósito de grasa abdominal empieza a verse cada día a edades más tempranas.
En las mujeres se suponía que empezaba alrededor de la menopausia, aproximadamente a los 50, pero ¡cuántos jóvenes de 40 años y pocos más ya empiezan a sufrir esta transformación en su cuerpo!
¡Y no es un problema estético, es un problema grave de salud!
Para que no estéis «pescando y soltando kilos continuamente», lo importante es aprender a comer, es decir aprender a alimentarse, algo que nadie nos ha enseñado nunca y que debería hacerse desde pequeños, en los colegios, para que los niños se hicieran “amigos” de los alimentos “imprescindibles” que van a tener que tomar a diario durante toda su vida, compaginándolos en su justa medida con todos los demás.
Para los padres que queráis empezar ya a “educar” a vuestros hijos sobre estos temas os recomiendo un libro monísimo y muy práctico de Valentín Fuster, aunque puede que esté agotado porque las editoriales en papel, independientemente del autor y sin contar con él para nada, deciden unilateralmente cuando descatalogar un libro, aunque sea un “libro de fondo”.
Muchos sois los que continuamente me decís que creéis que vuestra alimentación es correcta y saludable, sobre todo cuando tenéis problemas de estreñimiento o de aerofagia, o cuando queréis perder peso pero no podéis, ¿pero la habéis contrastado alguna vez con un especialista?
Así que lo primero que tendríais que plantearos es: ¿De qué manera como?
Y para empezar a saber en qué consiste una correcta alimentación, variada, equilibrada, nutritiva y saludable os recomiendo este post y este otro.
Después de leerlos es cuando podréis decidir si vuestra alimentación es realmente la adecuada, como pensabais, o si estabais equivocados, algo que quizás os sorprenda mucho.
Si paulatinamente estáis incrementando vuestro peso, y coméis por el estilo todas las semanas, sin lugar a duda,
– o coméis en cantidad más de lo que vuestro organismo necesita,
– o alimentos muy calóricos también en cantidad excesiva,
– o vuestra vida es totalmente sedentaria y hacéis tan poco ejercicio que «no quemáis lo que coméis».
Incluso si empezáis a comer ahora menos cantidad que antes de las fiestas, pero vuestra alimentación no era la que os correspondía, porque no era ni equilibrada, ni variada, ni suficientemente nutritiva, ni saludable… puede que no perdáis peso y os desesperéis, e incluso puede que hasta no os encontréis del todo bien.
Lo que sí está claro es que, si ahora no perdéis estos kilos, y parece ser que en estos días de fiesta lo “normal” es que se haya adquirido una media de unos 5 kilos, a lo largo de las semanas y meses sucesivos iréis incrementando este peso poco a poco, y antes de que os deis cuenta tendréis un claro sobre peso u obesidad manifiesta.
Los kilos no se ganan de hoy para mañana, salvo cuando nos «pegamos» un atracón, pero sí paulatinamente, sin prisa pero sin pausa, y se deben perder también poco a poco para que vuestro organismo en general y vuestra salud en particular no se resientan.
Para que nadie se auto engañe, y aunque muchos dicen lo contrario, es una buena medida tener un peso en el cuarto de baño, y pesarse cada día al levantarse, solo con la ropa interior imprescindible y después de ir “al baño” si vuestro organismo está ya acostumbrado y «autoeducado» para hacerlo todos o casi todos los días al levantarse.
No se trata ni mucho menos de obsesionarse, sino de analizar cada mañana, vosotros mismos, con los resultados obtenidos, lo que comisteis a lo largo del día anterior y empezar a «descubrir» cómo reacciona vuestro organismo: si se hizo un exceso en cantidad, si se picoteó más de la cuenta, si se tomaron demasiados alimentos muy grasos y por tanto muy calóricos, si se tomaron demasiados dulces, demasiados refrescos, demasiado alcohol…
Si alguno se anima y él solito analiza dónde está su problema, por supuesto que no podré contestaros uno a uno como sería vuestro deseo, pero si puedo ir poniendo sucesivos posts al respecto e ir dando soluciones.
Cara a perder esos kilos que os queréis quitar de encima, os voy a aconsejar ciertas medidas que posiblemente no hayáis hecho nunca.
1. Apuntar en el calendario de Gmail, que también está sincronizado con el móvil y con la Tablet, en un Excel, o hasta en una libreta…, para los que no se mueven todavía con comodidad en el ordenador, todo lo que coméis y bebéis, por muy insignificante que os parezca, desde que os levantáis hasta que os acostáis, incluso si también visitáis la nevera por la noche, aunque sea una simple aceituna, un chupito de un refresco, o una patata frita que, casi con toda seguridad no será una sola, sino una detrás de otra, sin daros ni cuenta.
Si sois capaces de hacerlo, con toda honradez, durante toda una semana seguida, incluido el sábado y el domingo, a lo mejor ya más de uno se asusta y recapacita.
Conozco a varias personas que no se sientan a comer en una mesa como siempre se ha hecho, no toman un primer y un segundo plato más fruta, o un 1 plato único completo también con su correspondiente fruta, sino que van picoteando variadas “cositas”, en pequeñas cantidades a lo largo de todo el día, y están convencidas de que no comen o que comen muy poco porque ni siquiera guisan.
Con todos los posts ya publicados, tenéis información más que suficiente para analizar vuestra manera de comer y saber por qué engordáis.
2. El segundo paso va a ser responder a una serie de preguntas, también por escrito y para vosotros mismos y que dejaremos para el próximo día.